Divorcio con un niño menor de 3 años en la casa: Lo que debe saber
El divorcio es algo que puede suceder. Y afecta a los niños, aun cuando son demasiado pequeños para hablar de ello. Aquí explicamos cómo facilitar una transición difícil para los bebés, niños pequeños y en edad preescolar afectados por un divorcio.
Divorcio con niños pequeños: Qué necesitan
Sobre todo, los niños pequeños necesitan entender que sus padres estarán allí para ellos, más allá de lo que suceda. Incluso los bebés de solo 3 meses se ven afectados por las emociones de sus padres. Por eso, si los padres se pelean o se sienten ansiosos o tristes, su hijo pequeño sabe que hay algo que no está bien en su mundo.
Aunque el divorcio puede ser una decisión saludable para las familias, los niños pequeños no tienen ninguna perspectiva para entender este cambio importante. Es natural y esperable que sientan pena y una sensación de pérdida.
Qué decir
Los padres suelen buscar las palabras correctas para explicar la separación y el divorcio de manera tal que les proporcione consuelo a los niños. Las explicaciones no significan nada para los niños menores de 18 meses. Lo más beneficioso para los niños de esta edad es el consuelo y el alivio físicos (abrazos, arrumacos y besos). Los pequeños necesitan padres que pongan en palabras los sentimientos que ellos aún no pueden expresar: Estás enojado porque papá no está aquí. Lo verás mañana. Sé que es difícil. Te amo y estoy aquí para ti. Las videollamadas y mostrarles a los niños fotos o videos de su otro padre pueden ayudar durante la separación.
A partir de alrededor de 18 a 24 meses, los padres pueden usar un lenguaje simple y apropiado para la edad para explicarles.
Qué significa el divorcio:
Podría decir: Mamá y papá han decidido vivir en casas separadas. Mamá y papá te siguen amando mucho. Siempre te amaremos y te cuidaremos muy bien.
Cuando uno de los padres se muda:
Podría decir: Mañana, mamá se irá de aquí y se mudará a otra casa. Tú te quedarás aquí conmigo algunos días y te quedarás con mamá otros días. Puede ser muy útil que el padre que se muda del hogar ya tenga un lugar donde vivir antes de contarle al niño acerca de la separación. Ver dónde vivirá mamá o papá y que hay un lugar allí para el niño —un lugar para dormir, algunos juguetes, etc.— puede aliviar la preocupación.
Ir de una casa a la otra:
Podría decir (incluso a un bebé): Hoy vas a la casa de papá. Vas a llevar tu ropa y tu osito. Cenarás con papá. Luego, dormirás en su casa. A la mañana, te iré a buscar después de que te despiertes y te vistas.
Cómo abordar las esperanzas de que vuelvan a estar juntos:
Es común que los niños en edad preescolar manifiesten su deseo o esperanza de que sus padres vuelvan a estar juntos, especialmente cuando una pareja tiene una crianza compartida positiva. En esta situación, a los niños en edad preescolar puede resultarles difícil entender por qué no pueden volver a vivir en una casa. Los padres podrían tener que explicar en forma regular: Sé que deseas mucho que vivamos todos juntos de nuevo. Pero eso no va a suceder. Mamá y papá te aman mucho y continuarán trabajando juntos para ser excelentes padres para ti. Pero decidimos vivir separados; ya no vamos a estar casados.
Abordar las preocupaciones de abandono:
Los niños pequeños también podrían compartir (o mostrar) la preocupación de ser abandonados o la inquietud de “divorciarse” ellos de sus padres. Los padres pueden tranquilizar a los niños con respuestas claras y concretas: Siempre te amaremos y te cuidaremos muy bien. Nunca te abandonaremos. Pero no vamos a volver a vivir en la misma casa.
Qué puede suceder con los niños pequeños en caso de divorcio
Los niños podrían experimentar cambios de conducta en el año posterior al divorcio. Podrían estar alegres y participativos durante algunas partes del día, y enojados, deprimidos o retraídos durante otras. Quizás resulte fácil pasar por alto la tristeza de los niños cuando los padres están batallando por manejar sus propias emociones complejas.
Los bebés y los niños pequeños no tienen las palabras para expresar sus sentimientos. Podrían mostrar su angustia y confusión de otras maneras. Por ejemplo, podrían hacer lo siguiente:
- llorar más o estar irritables y fastidiosos
- mostrarse temerosos
- enojarse cuando los separan de una persona que aman
- tener dolores de estómago o cambios en los hábitos para ir de cuerpo
- pegar o morder
- tener conductas regresivas, como despertarse de noche o mojar la cama
- volverse hiperactivos
- mostrar agresividad
- retraerse
Los niños en edad preescolar entienden mejor el concepto de causa y efecto. Mamá y papá se divorciaron, y papá ya no vive aquí. Pero no entienden las relaciones de los adultos o por qué las personas se divorcian. Podrían pensar que son la causa del divorcio, o que pueden hacer algo para mejorar las cosas. Los niños en edad preescolar podrían mostrar los cambios de conducta antes mencionados, y otros más que son más típicos de los niños de su edad. Por ejemplo, podrían hacer lo siguiente:
- tener pesadillas o cambios en sus hábitos para dormir
- quejarse de dolores de cabeza y de estómago
- utilizar el “pensamiento mágico” y creer que pueden hacer que las fantasías se vuelvan realidad (como decirle a uno de los padres que el otro va a venir de visita, incluso cuando ese plan no exista)
Qué hacer (y no hacer)
- Deje que su hijo sea un niño. Evite compartir detalles penosos sobre la conducta de su expareja o acciones legales, y no hable mal de él/ella delante de su hijo pequeño. Hablar de este modo coloca a los niños en la situación incómoda de tener que elegir de qué lado están, lo cual es imposible, porque los ama a ambos.
- Procure mantener la comunicación efectiva con el otro padre sobre temas de crianza. Por ejemplo, si un niño tienen dificultades para dormir, es conveniente que los padres trabajen juntos para descubrir qué podría estar sucediendo y qué pueden hacer —en conjunto— para abordar el problema.
- Establezca rutinas diarias constantes y límites apropiados para la edad. Esto ayuda al niño a sentirse seguro cuando su mundo está cambiando tan drásticamente. Es ideal que haya rutinas y límites similares en ambos hogares. Si el otro padre decide no proporcionar esta estructura, continúe haciéndolo (lo mejor que pueda) en su propio hogar. Al mantener estas rutinas familiares, el niño siempre sabrá que su hogar es un lugar predecible.
- Aliente a su hijo a hablar y manifestar sus sentimientos, como enojo, tristeza, pena, alivio, sorpresa y traición. Ayude al niño a ponerle nombres a estas emociones complejas y ofrézcale maneras aceptables y apropiadas para la edad de expresarlas —por ejemplo: romper el periódico, gritar afuera, golpear una almohada, abrazarse con usted— o algún otro método que funcione para su familia.
- El divorcio puede ser una experiencia muy sensible para toda la familia, y eso le incluye a usted. Buscar asesoramiento psicológico y/o un buen amigo con quien hablar es una forma importante de autocuidado. También es recomendable dormir lo suficiente, comer bien e intentar mantener algunas de las actividades que le hacen feliz. Cuando usted se cuida, es más fácil proporcionar ese mismo apoyo y paciencia a un niño.
Consejos para los acuerdos de custodia compartida: hacer el cambio
No es poco común que los niños pequeños tengan dificultades para hacer la transición del hogar de un padre al otro. A menudo es el cambio en sí, más que el destino, lo que genera angustia. Los niños pequeños que se enojan durante estos traslados suelen estar felices, instalados y contentos una vez que llegan al hogar del otro padre. Esto es lo que los padres pueden hacer para facilitar el proceso:
- Si llegara a ser posible, asegúrese de que la transición de un hogar/padre al otro sea una interacción educada y pacífica entre los dos adultos. Un niño pequeño podría sentir miedo y agobio si tiene que decir adiós (y hola) en medio de una intensa pelea o tensión entre adultos, que incluso los niños pequeños pueden detectar.
- Use una rutina para despedirse (como besar la palma de la mano del niño para que “pueda llevarse el beso de papá consigo”) a fin de facilitar la separación.
- Si el niño tiene un objeto favorito especial (p. ej., una manta, un muñeco de peluche o un juguete), déjelo que lo lleve de un hogar a otro.
- Coloque una foto de cada uno de los padres en la habitación del niño en ambos hogares.
- En el caso de los bebés, intente seguir con la misma rutina y accesorios en los dos hogares: mismas sábanas, misma comida, mismos biberones, por ejemplo.
- Considere la posibilidad de realizar una videollamada a un horario regular para que el niño se conecte con el padre en su “otra casa”.
- Para los niños en edad preescolar que están comenzando a entender el concepto de tiempo, cree un calendario mensual que indique dónde estará cada día de la semana, un color para un padre y otro para el otro padre. Para los niños más pequeños, es más útil utilizar un recordatorio visual (como hacer una cadena de papel de 5 eslabones, y quitar uno cada día para hacer una cuenta regresiva hasta el fin de semana con el otro padre).
El divorcio es una experiencia estresante para todos los miembros de la familia, y los niños pequeños son especialmente vulnerables. Pero también son resilientes. Con paciencia, sensibilidad y apoyo, los padres y otros seres queridos pueden ayudar a los niños a atravesar este importante cambio en la vida.