El apoyo para su niño durante esta transición empieza con usted, con sus actitudes y expectativas.
Toma tiempo adaptarse a la vida civil, después de haber servido en las fuerzas armadas. Si usted acepta que esta transición puede ser un recorrido algunas veces alegre, pero también agitado, podrá reducir un poco la tensión, aunque experimente los altibajos del retorno a la vida civil. Se sentirá más confiado de que al pasar el tiempo todo marchará bien. Su niño percibirá esta actitud mientras lo sostiene en sus brazos, habla o juega con él. Eso lo tranquiliza tanto a él como a usted.