La paciencia y la persistencia describen cómo un niño hace frente a las frustraciones y cuán probable es que se aboque a un problema o desafío a fin de hallar una solución.
Los niños que se frustran con facilidad tienden a sentirse muy molestos el minuto en que algo no se da como ellos quieren, tiene dificultad en esperar para recibir atención o ayuda y se dan por vencidos rápidamente cuando se ven ante un desafío.
Para los niños que usted cuida que tienen un nivel bajo de tolerancia de las frustraciones, pruebe las siguientes estrategias:
- Ayude a los niños a que aprendan a esperar. Mientras esperan, hábleles de lo que usted está haciendo. Por ejemplo, usted podría decir: “Ahora estoy calentando tu biberón”. O “Te ayudaré en un minuto. Voy a terminar de alimentar a Mikey y luego te ayudaré con ese juguete”.
- Ayude a los niños a hacer frente a la frustración. Cuando se frustran, hágales saber que usted aprecia cuán difícil puede ser: “¡Los rompecabezas son difíciles! Da mucha rabia cuando el oso no encaja en el espacio.” Luego pase a ser su entrenador: ayúdeles a pensar en soluciones sin que usted haga el trabajo por ellos. Sugiera o demuestre estrategias para resolver cualquier problema que estén enfrentando. Una buena idea es dividir el desafío en partes manejables: “¿Por qué no pones primero el pulgar en el guante? Luego trataremos juntos de poner cada uno de tus otros dedos en el guante.”
- Use el humor. Esto puede reducir la tensión. Por ejemplo, usted puede gritarle al bloque que se ha caído: “¡Bloque tonto! ¡No puedes quedarte en la torre! ¡Pues nosotros no nos daremos por vencidos!”
Los niños que son persistentes por lo general siguen tratando cuando se enfrentan a un desafío, son más lentos en perder la paciencia cuando no consiguen lo que quieren y con frecuencia pueden tolerar esperar que se satisfagan sus necesidades.
Para los niños que usted cuida que son persistentes, trate las siguientes estrategias:
- Súmese a su juego. Es fácil dejar a los niños persistentes jugar solos durante períodos largos porque ellos son menos exigentes. Pero siguen necesitando el tiempo y la atención que usted le da y se benefician con ello.
- A medida que crezcan, deje que los niños sepan que todo el mundo necesita ayuda a veces y que usted está disponible. Algunas veces, los niños reciben tantos comentarios positivos por ser independientes que les es difícil pedir ayuda cuando verdaderamente la necesitan.
- Busque actividades divertidas y que plantean un desafío que les ayudarán a los niños persistentes a fortalecer y ampliar sus habilidades. Como estos niños pueden tolerar la frustración con mayor facilidad, el “alargar” actividades que sean difíciles pero realizables puede ser enriquecedor y servir para ampliar su aprendizaje. Por ejemplo, dele a un niño pequeño una colección de cajas de cartón de diferentes tamaños y pídale que construya la torre más alta que pueda.