Los niños pequeños están comenzando a desarrollar un sentido de conciencia de sí mismos, de que son separados e independientes de otros.
Las relaciones afectuosas les dan a los niños pequeños un sentido de comodidad, seguridad, confianza y estímulo. Ellas les enseñan a los niños pequeños cómo formar amistades, comunicar emociones y enfrentar dificultades. Las relaciones de apoyo con padres, adultos y amigos también ayudan a los niños a desarrollar confianza, empatía, compasión y un sentido de lo correcto y lo equivocado (una conciencia).
Los niños pequeños comienzan a desarrollar un sentido de conciencia de sí mismos, de que son separados e independientes de otros. Este nuevo conocimiento los ayuda a entender que otras personas tienen pensamientos y sentimientos que podrían ser diferentes de los suyos. El darse cuenta de esto ayuda a los niños a comenzar a desarrollar empatía: la capacidad de colocarse en el lugar de otra persona e imaginarse lo que esa persona está sintiendo. Los niños pequeños también se van volviendo más y más interesados en otros niños como ellos, si bien a esta edad por lo general no juegan con otros niños, sino al lado o cerca de ellos. Los niños comenzarán a jugar de manera más interactiva con otros de su edad al acercarse a la edad de tres años y después. Esto es lo que significa jugar con los niños de su edad ahora:
Joaquín, de 18 meses, se fija en que un niño pequeño mayor que él, Lucas, está jugando en la playa. Se acerca con su pala y observa con cuidado el juego deLucas. La madre de Lucas le pregunta: “¿Quieres jugar tú también?”Joaquín, a instancias de su madre, comienza a cavar un hoyo cerca de su nuevo “amigo”. Sigue observándole al niño mayor con cuidado y a veces parece imitar lo que él hace. Los dos niños juegan uno al lado del otro durante un rato y luego Joaquín aleja para observar las gaviotas.
Lo que usted puede hacer
Apoye a los niños pequeños para desarrollar habilidades.
Los niños pequeños aprenden mejor cuando se les deja jugar, explorar y seguir sus intereses. Desarrollan nuevas habilidades cuando se les da la ayuda suficiente de modo que puedan superar una dificultad sin volverse demasiado frustrados. Por ejemplo, si usted ve que su hijo de 20 meses está tratando de colocar el bloque cuadrado en el hoyo redondo de su cubo de formas, usted puede guiarle la mano sobre los diversos hoyos para mostrarle cómo resolver el problema y dejarle colocar el bloque en el hoyo correcto cuando lo encuentre.
En su trabajo:
- Ayude a su niño pequeño a convertirse en alguien que soluciona problemas con confianza. Dele algún tiempo para tratar de resolver un problema por sí mismo, como ponerse sus botas de lluvia. Cuando usted vea que comienza a sentirse frustrado, dele la ayuda que necesita para superar la dificultad. Por ejemplo, use podría colocar las botas alineadas con el pie correcto y luego sugerirle al niño que se apoye en una silla mientras coloca el pie adentro.
- Elogie el proceso, no solo el resultado. La meta es ayudar a los niños a sentirse bien sobre sus esfuerzos, no solo el producto de ellos. Cuando usted le comenta de los esfuerzos de su hijo (estás trabajando tanto en ese rompecabezas, realmente pensando en el lugar en que va cada pieza), le hace saber cuán importante es ser persistente y seguir tratando.
Ayude a los niños a aprender a resolver conflictos de maneras sanas y apropiadas.
Probablemente usted haya notado que los niños pequeños quieren lo que quieren cuando lo quieren. Tienen poco autocontrol, lo que significa que no son muy buenos en cuestión de esperar y también les es difícil dejar de manifestar sus deseos. Esto significa que, en materia de desarrollo, a los niños pequeños les cuesta seguir reglas, en especial las que tienen que ver con compartir.
En su trabajo:
- Proporcione mucho apoyo a los niños pequeños que juegan en grupo. Muéstreles cómo se comparte. Usted podría colocar una alarma de cocina para darles un recordatorio visual de cuánto tiempo tienen que esperar su turno. Consuele a los niños que tienen dificultades en hacer frente a la espera. Ayúdeles a dedicarse a otra cosa mientras tanto.
- Juegue juegos donde se juega por turnos. Pruebe jugar por turno a golpear una pelota de espuma de un “tee”, pasar pelotas alrededor de un círculo o jugar juntos en el agua o en la arena. Actividades como éstas ayudan a los niños a “practicar” el arte de compartir.
- Distraiga a su hijo (“Vamos a la ventana a mirar el camión de basura”) o dirija su atención hacia otra cosa (“Voy a sacar la plastilina ahora. ¿Alguien quiere jugar?”) para reducir o evitar conflictos. Los niños pequeños todavía no son capaces de resolver conflictos por medio de discusión.
Ayude a su hijo a sentirse seguro y protegido.
El mundo puede asustar y ser imprevisible para los niños pequeños. Ahora que ya caminan, pueden hallarse en un lugar “extraño” o desconocido (aun en su casa o en su patio) sin quererlo. Pueden alcanzar cosas que antes no podían (lo que les puede meter en nuevos tipos de problemas). También podrían hallar que se caen con mayor frecuencia a medida que van dominando el equilibrio y la coordinación que se necesita para caminar. Usted le ayuda a su hijo a sentirse seguro cuando le estimula a que explore con seguridad y le proporciona el apoyo y el ánimo que necesita. Usted también le ayuda a sentirse seguro cuando tiene rutinas y transiciones que hacen que el día pase de manera previsible y ordenada.
En su trabajo:
- Sea un centro de seguridad para su niño pequeño. Observe cómo su hijo se aleja de usted, le mira como si “verificara” y luego sigue con su aventura. Cuando sienten que han ido muy lejos o han encontrado algo que “asusta” (como el sonido de una cortadora de césped en la casa de al lado), regresan a usted para que le dé seguridad. Cuando usted pueda brindar apoyo a su hijo curioso, usted puede ayudarle a aprender, crecer y desarrollar confianza en sus aptitudes.
- Establezca rutinas y transiciones. El saber qué esperar ayuda a los niños pequeños a sentirse seguros, con confianza y en control de su mundo. Trate de mantener las rutinas diarias en el mismo orden y aproximadamente en el mismo momento cada día, y avíseles cuando se avecina una transición. Esto ayuda a que su hijo anticipe, se prepare y haga frente a los numerosos cambios que tienen que hacer cada día. Por ejemplo, usted podría decirle a su hijo: Después del almuerzo, nos vamos a sentar en la mecedora y vamos a leer un cuento. Luego voy a poner música suave y vas a dormir una siesta en tu cuna.
Busque maneras para hacer que la cultura de su hogar sea parte de las rutinas diarias de su hijo.
La cultura de un niño es una parte importante de quién es. La conexión que tiene con su cultura da forma a su identidad y autoestima de maneras sanas y positivas.
En su trabajo:
- Enseñe a los proveedores de cuidado de su hijo las palabras que su familia usa para personas (madre, padre, abuelos) y cosas importantes (biberón, manta, chupete, etc.).
- Escoja libros y música que reflejen la cultura de su hogar. Con frecuencia esto se puede conseguir en la biblioteca pública sin costo alguno y rápidamente se convertirán en una parte muy querida de las rutinas diarias de su hijo: a la hora de ir a dormir, a la hora del baño o sencillamente yendo en el auto.