Si usted se está refugiando en casa con un pequeño tirano, este artículo es para usted.
¿Está usted criando a un niño de dos o tres años? Los berrinches, la insistencia irracional en hacer las cosas a su manera y la dificultad para seguir las reglas son parte de esa crianza.
Justo cuando usted ya tiene establecida la rutina de dormir toda la noche, cambiar pañales y de comer alimentos sólidos, su bebé se convierte en una persona completamente nueva: de bebé a niño pequeño. Este descubre que sus deseos y necesidades son diferentes de los de usted. Desde el punto de vista del desarrollo, esto es genial: es exactamente lo que debería estar sucediendo a esta edad. Desde el punto de vista práctico, no tanto. La mayoría de los niños pequeños carecen de las palabras para describir lo que necesitan y del autocontrol para recordar y seguir las reglas.
Es importante tener en cuenta que los cambios en el hogar puedan dar lugar a un comportamiento más problemático que lo habitual. Incluso los bebés sienten y reaccionan al estrés de sus padres. A la mayoría de nosotros nos está costando combinar el trabajo desde casa, el cuidado de los niños y cocinar todas las comidas. El estrés de semanas de estar juntos las 24 horas todos los días de la semana puede comenzar a pesar sobre los adultos de la familia, y los niños lo perciben. Como resultado, pueden tener más lloriqueos y ser más apegados de lo normal. Pueden parecer retroceder y comportarse otra vez más como bebés: exigen un chupete o se despiertan más por la noche. Y pueden tener más berrinches o ser ultrasensibles.
Entonces, ¿cómo establecemos límites amorosos durante estos momentos estresantes? Pruebe la estrategia de Sentir-Ver-Hacer para enfocarse en enseñar, en lugar de reaccionar con ira a un comportamiento problemático.
- Sentir: Tómese un momento para estar consciente de sus propios sentimientos. Concéntrese en lo que está pasando en su mente y su cuerpo. ¿Qué botones está presionando su hijo? ¿Qué más está pasando? (Tal vez usted esté preocupado por la salud o la situación financiera de la familia, o esté luchando para encajar demasiadas exigencias en un día de 24 horas.) Piense en cómo puede calmarse antes de responderle a su hijo. En el momento, podría probar unas cuantas respiraciones profundas u otra estrategia que le ayude a sentirse más tranquilo.
- Ver: Piense en lo que su hijo le podría estar diciendo con su comportamiento. Por ejemplo:
• ¿Está respondiendo a un cambio en su entorno, como un cambio de su rutina habitual o un padre que está bajo estrés?
• ¿Tiene hambre o está cansado?
• ¿Está demasiado estimulado, por ejemplo, se le pasó la hora de acostarse mientras los niños mayores ven una película ruidosa?
• ¿Experimenta algún desafío que es demasiado para manejar (como no poder ponerse los zapatos)?
• ¿Está pasando por una transición que es difícil, como tener que terminar de jugar e ir a ponerse los pijamas?
• ¿Quiere algo, como un juguete favorito?
• ¿Quiere evitar o protestar contra algo, como ir a acostarse? - Hacer: Respóndale a su hijo con un límite claro, tranquilo y amoroso. Sea constante y tranquilo.
Así es como este enfoque podría funcionar con un niño de dos años y medio: Su pareja está en el dormitorio, tratando de concentrarse en el trabajo. Su hijo está en la puerta, tratando de entrar. Cuando usted intenta moverlo a otro lugar, estalla con un berrinche.
Paso 1: Sentir. Nota que se siente completamente abrumado y estresado al máximo. Además, este es el siguiente de muchos berrinches y exigencias que ya ha manejado hoy. Pues aléjese un minuto y respire hondo para calmarse.
Paso 2: Ver. Reconoce que su hijo está teniendo dificultades, echando de menos su rutina habitual y confundido por tener en la casa a un padre, que no es accesible.
Paso 3: Hacer. Se pone al nivel de los ojos de su hijo y le dice que usted entiende lo difícil que se siente estar separado: “Puedo ver que quieres estar con mamá. Es difícil cuando la puerta está cerrada y quieres entrar”. Explica el límite diciendo: “Veo lo frustrado que te sientes. Pero mamá tiene que trabajar ahora mismo. Ella saldrá cuando haya terminado.”
Para ayudar a su hijo a sobrellevar la situación, le podría ofrecer una opción: “¿Te gustaría jugar con tu rompecabezas en la sala o venir conmigo mientras preparo algo para comer?” Si el berrinche continúa, es posible que tenga que cargar a su hijo suavemente y alejarlo de la puerta.
Mantener una presencia tranquila (incluso cuando el comportamiento de su hijo es problemático) genera confianza, y su enfoque amoroso para establecer límites le ayuda a crecer y aprender con el tiempo.